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Crítica

Crítica CITY OF JADE (Midi Z, 2016)

Crítica de CITY OF JADE

La fiebre del hombre

Si es costumbre que en todos los festivales y muestras se señale una película como joya a descubrir, es muy probable que la de esta Muestra de Cine Chino sea City of Jade. Y no por su obvia referencia a una piedra preciosa en su título, sino por su innegable valor cinematográfico.

City of Jade es un documental rodado por Midi Z sobre una búsqueda, la de su hermano en las minas de jade de la ciudad birmana de Myanmar. Toda la familia del cineasta es birmana pero trasladados a Taiwan, donde él creció, siendo el único que no conoció su país de origen. En la memoria y sueños de toda su familia, Myanmar continua siendo un paraíso, el sitio donde hay que ir si quieres hacerte rico.

Bajo ese anhelo uno de los hermanos mayores del cineasta regresó y trabajó en las minas de jade durante 20 años hasta caer preso, tanto del opio como del régimen birmano, tiranizado éste por una lucha entre ejército y guerrilla terrorista, que dominan las minas.

Tras salir de la cárcel, su hermano pasó un año con su familia, sin hacer nada. Después regresó a las minas de jade y desapareció. Unos dicen que se ha hecho rico; otros, que ha muerto.

Cartel

Crítica

Midi Z persigue cámara en mano a su hermano en las minas de jade durante su segundo viaje y consigue eso tan díficil que forma parte de la esencia del cine como arte: captar la verdad, la esencia de la realidad y trascenderla, filmar a la muerte trabajando.

City of Jade tiene un argumento tan sencillo como ambicioso y estremecedor: indagar por qué el ser humano expone su vida por lo imposible; averiguar las causas por las que los hombres sólo encuentran la felicidad explorando sus límites.

Su director obra en las naturales, bellas y simplísimas imágenes de este documental el milagro del cine. Ante nosotros, la peripecia de unos arriesgados mineros en las montañas de Birmania se transforma en el periplo de la Humanidad entera.

La fiebre del oro, las luchas por el poder y el dinero, la búsqueda de petróleo, los motivos de la drogadicción, el impulso vital de la familia… el sentido de la vida, en fin, transcurre ante la cámara de Midi Z y nuestra mirada absorta, atónita. Varios trayectos en moto sirven al autor para pespuntear el relato mediante su voz en off inyectando el trallazo definitivo de poesía que borda el relato.

Dijo Borges que el mundo entero está en cualquier rincón para quién sabe mirarlo. Sin duda, Midi Z ha sabido verlo en esas minas de jade birmanas que condensan la historia de la Humanidad y su sentido: la fiebre del hombre.

Y nos lo ha regalado.

Tráiler

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