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Crítica

La última bandera (Richard Linklater, 2018)

La última bandera - crítica

El estreno de una nueva película de Richard Linklater siempre es un motivo de gozo para cualquier cinéfilo. Linklater pasa por ser uno de los cineastas más estimulantes del cine norteamericano, precisamente porque se mueve en producciones habitualmente ajenas a los grandes estudios en las que puede explorar el cine como artefacto para radiografiar la realidad.

Ahí están, como paradigma de esa labor, su Boyhood (2014), rodada de modo intermitente a lo largo de 12 años con los mismos actores para capturar su evolución. O la trilogía Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013), un tratado sobre la evolución del amor en una pareja a lo largo de los años.

La última bandera es la adaptación de la novela homónima de Darryl Ponicsan que Linklater escribió en 2006 pero que no se llegó a producir por estar la guerra de Irak aún candente. Diez años más tarde reescribió el guión hasta darle la forma que vemos ahora en esta cinta protagonizada por Bryan Cranston, Steve Carell y Laurence Fishburne.

Cartel y fotos

Crítica

Tres veteranos de Vietnam se reúnen tras muchos años sin contacto para acompañar a uno de ellos en el funeral de su hijo caído en Irak. Conocer las circunstancias reales en las que se produjo su muerte les lleva a un viaje donde repasan su memoria militar y sus consecuencias presentes, también entablando relación con el soldado que les acompaña.

Esta situación prepara el caldo donde Linklater se siente cómodo para ahondar en la confrontación entre caracteres y generaciones. Se dice que Vietnam fue la primera guerra que se libró tanto en el campo de batalla como en las calles estadounidenses, dando inicio a un movimiento antibelicista que llega hasta nuestros días. Afortunadamente, el guión no entra en opciones políticas sino en algo más profundo y menos frecuente: la situación del individuo cuando pone en juego su vida para defender a su país y cómo el Estado gestiona esa relación.

‘La última bandera’ es una película preñada de emociones que nacen del desengaño superado, de la madurez asumida y del rencor curado

Linklater filma con su habitual sutileza y economía narrativa una comedia dramática de sentimientos soterrados, de verdades a medio decir y mentiras por pulir. Y lo hace contando con tres buenos actores que encarnan distintas evoluciones ante lo sucedido y ante lo que les viene a pasar en este viaje que rememora su vínculo militar.

La última bandera es una película preñada de emociones que nacen del desengaño superado, de la madurez asumida y del rencor curado. Un recorrido por el espíritu de quiénes se entregaron a una causa que no entendían y en cuyos símbolos terminan reconociendo el valor de su sacrificio y lo que representa.

Tráiler

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