Crítica de ‘Warcraft: El origen’ (Duncan Jones, 2016)
Notable arranque de una saga basada en el célebre videojuego que no descuida ni la fantasía de los efectos especiales ni tener un elaborado argumento.
WoooooW!
World of Warcraft es posiblemente el videojuego más famoso del mundo. Desde su aparición en 1994 ha reclutado una legión de seguidores que consumen horas y horas en el absorbente mundo que la compañía Blizzard ha conseguido crear. Un motor de generación de escenarios revolucionario, donde cada jugador puede elegir quién ser y adquirir habilidades que hacen que cada minuto de juego sea vívido y diferente, son la marca de este multipremiado juego en todas sus facetas técnicas y artísticas.
Con esta popularidad era inevitable que llegase el momento de su salto al cine, así como las más que razonables dudas sobre si el más prestigioso MMORPG (Massive Multiplayer Online Rol Playing Game) conseguiría no defraudar en la pantalla. Por primera vez, la sala de cine corría el riesgo de ofrecer un espectáculo, una experiencia, de menor calado que su material de origen.
Legendary Pictures compró los derechos allá por 2006, cuando la fama del juego estaba en su mayor apogeo, encargando la tarea nada menos que a Sam Raimi, un director de talento nacido del terror de serie B que ha demostrado un buen pulso al adaptar cómics al cine como Darkman (1990) o Spiderman (2002, 2004 y 2007). Raimi salió del proyecto probablemente por su intensa actividad como productor y las compañías pusieron la vista en el más inexperto pero impecable Duncan Jones. El director de Moon (2009) y Código fuente (2011) lograba así con sólo dos películas meterse de lleno en la gran maquinaria de las sagas cinematográficas. Y a tenor de lo visto, el paso amargo de la muerte de su padre David Bowie este mismo año, será compensado por un gran éxito de taquilla.
Cartel de ‘Warcraft: El origen’ con Travis Fimmel y Toby Kebbel
Siempre es difícil saber en la creación de una película de este tipo, una superproducción de fantasía y efectos especiales estudiada y preparada durante largos años por varias grandes productoras, qué grado de responsabilidad, qué peso puede llegar a tener un realizador, un músico o un guionista en el resultado final de la cinta.
Por lo leído tras la marcha de Raimi, parece que la entrada de Jones trajo sustanciales cambios en el guión que no son ajenos a una buena comprensión de la naturaleza del juego que lo origina y a lo visto en su filmografía: una riqueza en la narración conseguida en base a varios puntos de vista sobre el mismo conflicto. Lo que en principio parecía que iba a ser la historia de la Alianza luchando contra La Horda de los Orcos, de un modo similar al que hemos conocido en la trilogía de El Señor de los Anillos, se fue transformando en un argumento más compensado donde vemos el conflicto desde ambos bandos junto con sus tensiones internas.
Fotos de ‘Warcraft: El origen’ escrita con Travis Fimmel, Paula Patton, Ben Foster, Dominic Cooper y Toby Kebbel