Estupendo thriller que esconde una magnifica historia de redención entre generaciones.
Por todos es sabido que una vida aburrida en una pequeña población donde todo el mundo se conoce puede ser más mortífera que la estresante urbe. Nuestra naturaleza pide actividad y desafíos, aunque en muchas ocasiones hagamos apología de una existencia plácida y feliz. En Estados Unidos se dan ambas circunstancias: ciudades gigantescas que conforman un paisaje casi futurista en alguna de sus plazas o pequeñas poblaciones donde lo único que pasa es el tiempo… y muy despacio.
Son muchas las películas y cineastas que han relatado el hastío de la vida provinciana como detonante de actitudes descontroladas. Por nombrar dos recientes y notables pero en tonos muy distintos, anótese la estremecedora El demonio bajo la piel (Michael Winterbottom, 2010) y la emotiva Nebraska (Alexander Payne, 2013) que comparte protagonista con Cut Bank, Bruce Dern.
En esta ocasión, Dern interpreta a un viejo cartero del recóndito Cut Bank, “el pueblo más frío de América”, cuyo asesinato es captado accidentalmente por la cámara de vídeo de Dwayne (Liam Hemsworth) un joven prometedor que ve su vida marchitarse trabajando en el taller mecánico de su futuro suegro mientras sueña reunir algo de dinero para huir de ese lugar con su novia Cassandra (Teresa Palmer).