Premio
Día 1: La sombra del franquismo es alargada

Es una pena no tener varias vidas para poder disfrutar de todo lo que este mundo nos ofrece.
Decididamente, para un cinéfilo acudir a un festival de los grandes como Documenta Madrid 2013 ―que se inauguró el pasado domingo 5 de mayo― y no poder ver todo lo que en él se ofrece por falta de tiempo, por carecer del don de la ubicuidad, es una verdadera lástima. Especialmente para un fan del documental como el que esto suscribe. Me informan de que en otros festivales del estilo, como el iruñarra Punto de Vista, la organización dispone de unos puestos de visionado para que los profesionales puedan ver cualquier película que por cuestión de tiempo se hayan podido perder. Quizá sería una buena idea que los responsables del festival con sede en Matadero Madrid se podrían plantear de cara a sucesivas ediciones.
Así pues, por estas restricciones de tiempo, decidí perderme la película inaugural, dirigida por nada menos que un candidato al Óscar, Dror Moreh, para poder ver A la Sombra de la Cruz, de Alessandro Pugno, una película producida por Antonio Saura que prometía mucho debido a su polémico punto de partida: el director se propuso pasar un año (no cada día, obviamente) rodando lo que ocurría en el monasterio y el colegio religioso existentes a los pies del controvertidísimo monumento de El Valle de los Caídos.
La cinta a la postre resultó claramente insatisfactoria por la indefinición política y moral del director, no sé si guiado por un afán de imparcialidad periodística o, lo que creo más probable, por una afinidad patente con la orden religiosa que se ocupa del monumento. Pugno confesó en el debate posterior a la proyección sentirse muy a gusto entre los muros de este segundo Escorial diseñado para mayor gloria de Francisco Franco y los que a su lado lucharon en la mal llamada Guerra Civil, que en realidad ya es hora de que llamemos el alzamiento rebelde de unos militares contra la legalidad establecida democráticamente. Como pudimos ver en este largo, ganador del premio al mejor documental en el Festival de Málaga, el franquismo sigue dando coletazos.
Precisamente sobre el mismo tema trató la otra película vista en esta primera jornada de Documenta Madrid 2013, esta vez en la Filmoteca, Queridísimos Verdugos, de Basilio Martín Patino, rodada en 1971, pero no estrenada por motivos obvios hasta 1977, una vez derogada la pena de muerte en España.
Esta cinta daría para varias tesis doctorales según desde qué punto se analice la obra, maestra desde cualquier ángulo que se mire. Brevemente diremos que se trata de una película recomendable para todo interesado en el cine documental y que une a la denuncia social una mirada tierna sobre las personas que, por carecer de otro medio de sustento, tenían que dedicarse a una profesión denostada por todo el mundo, pero que, al fin y al cabo, alguien tenía que hacer.
El contraste de las personalidades de los 3 verdugos que estaban en activo en aquel momento (2 extremeños, incultos y duros; junto al granadino poético, cariñoso, dandy y a la vez cruel e implacable), llama la atención, así como el relato de sus vicisitudes que hacen en primera persona.
En definitiva, fue esta primera jornada del Documenta Madrid 2013 un día de contrastes, con 2 películas de diverso pelaje, pero relativas a un tema y, más en concreto, a una persona, que quiso volver el reloj histórico atrás.
