Las mejores películas vistas en 10 años de Sitges

Cumplo 10 años yendo al Festival de Cine Fantástico de Sitges como editor de este blog, de manera discontinua, así que es hora de hacer una pequeña lista con las películas buenas que en esta década he podido ver en este Festival.

Como todos sabréis, Sitges además de ser uno de los más importantes festivales de género del mundo, es un gran escaparate de las óperas primas y nuevos realizadores más relevantes cada año, por lo que repasando mi lista compruebo que también es una buena enumeración de directores noveles que ahora están trabajando a pleno rendimiento en Hollywood.

Martyrs (Pascal Laugier, 2008)

Uno de los estrenos más recordados del festival.

Son 2 buenas películas de terror dentro de una, una de esas historias que hacen plantearse al espectador lo que está viendo cada 5 minutos… no es posible contar más sin destrozar su intriga.

Monsters (Gareth Edwards, 2010)

Una cinta muy especial de ciencia-ficción con una visión muy particular y sensible sobre los aliens que llegan a nuestro planeta.

A su director lo contrataron para hacer Godzilla tras esta ópera prima, de hecho, encontrarás entre ambas muchas similitudes.

Moon (Duncan Jones, 2009)

El hijo de David Bowie se estrenó con esta peli sin casi presupuesto pero con un talento descomunal hablando de la preservación de la esencia humana ante el desafío de la conquista del espacio.

Su protagonista, Sam Rockwell, da un recital interpretativo.

Jones ya está en Hollywood, hizo la muy apreciable Código fuente.

Memories of murder (Bong Joon-ho, 2003)

Segunda película de Bong que pasa por ser el director joven (menor de 40 años) más brillante de las últimas décadas junto a M. Night Shyamalan.

Comedia, thriller, peli de terror y existencialista, todo junto y funcionando de maravilla. Obra maestra.

Es también director de otras tres buenas películas: The Host (2006), Madre (2009) y Snowpiercer (2013).

Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008)

Un prodigio narrativo lleno de ternura y sensualidad que ha resultado ser la mejor revisión del mito vampírico ambientado en la época actual.

Hollywood lo imitó en una copia casi calcada, pero con un resultado inferior, sin su espíritu.

Una obra singular, una joya.

Old Boy (Park Chan-Wook, 2003)

Esta cinta despertó el interés de una innumerable legión de espectadores en el cine coreano que no ha cesado.

Y en cierto modo, viene a ser una esencia de lo que hacen en Corea del Sur con el cine: narraciones brillantes, de gran ritmo y que beben del cómic, la publicidad y el cine de acción norteamericano.

Sin embargo, la versión hecha en Hollywood por Spike Lee resultó una decepción. El debut americano de su director, Stoker, también estuvo por debajo de sus expectativas.

Brick (Rian Johnson, 2005)

Su director se presentó con una extraordinaria modestia en Sitges, estando disponible en la cafetería durante el festival para todo aquel que quisiera preguntarle por la película.

La proyección nos dejó sin habla, ya que se trata de una tensa y alambicada narración sobre cómo nace una organización criminal en el ambiente universitario, hay quién la llama «The High-School Godfather».

Va a ser uno de los directores con más éxito en Hollywood, está muy dotado para el cine, por lo pronto ya nos ha dejado Looper (2012).

(Nota 2018: Profecía cumplida, ha sido nombrado responsable de las nuevas entregas de Star Wars).

I Saw the Devil (Kim Ji-woon, 2010)

Si Old Boy podría ser la esencia del cine coreano, esta cinta sería su modelo llevado al límite… terror psicológico, incorrección política e hijoputez en pantalla hasta decir basta.

Una venganza y persecución entre policía y asesino en serie en la que terminan por confundirse los papeles.

Estimulante pero demoledora como un martillo en el cerebro.

Iron Sky (Timo Vuorensola, 2012)

Y para terminar una comedia de ciencia-ficción, que las hay. Iron Sky narra el advenimiento del IV Reich después de que, tras la derrota en la II Guerra Mundial, los nazis hayan permanecido escondidos… en la cara oculta de la Luna.

Humor ácido, incorrección política y crítica social en una desternillante película financiada por crowdfunding pero solventemente producida.

10 años de asistencia a Sitges han dado para ver muchas películas buenas, espero que esta selección te ayude a introducirte a nuevos géneros y filmografías de otros países y, sobre todo, a animarte a venir algún año a este estupendo festival.